miércoles, 12 de noviembre de 2014

III TRAIL PIRATA SIERRA SAN CRISTÓBAL

Ni de lejos había pensado que el domingo pasado iba a resultar el día de mi vida en que más he disfrutado corriendo... una prueba en Jerez, algo desconocida, joven, sin una distancia habitual donde compararse,... pues nada, ¡la prueba fue brutal!

Recogida de dorsales sin esperas, 450 corredores, una cifra importante, muchos voluntarios y todo bien montadito en la Laguna de Torróx, con aparcamientos de sobra y entretenimientos para los "no participantes". Sobre las 10.00 la salida. Muchas ganas y muchas dudas: entrené tan solo dos días en las últimas dos semanas por las molestias de isquiotibiales que sigo arrastrando desde hace un año y que además ahora me han llevado a una mala pisada (dolor en el pie y en la cadera). Aun así, no iba mal entrenado. La salida con Miguel, el otro participante del grupillo que hemos montado vía whatsapp y que seguro nos encontraremos para la Media de Sevilla - Los Palacios.

Salimos tranquilitos, en mitad del grupo, giramos hacia la derecha al llegar al desguace y para arriba nada más empezar... ¡a bocajarro! Subida fácil aunque el terreno resbalaba con las zapatillas de trail. La noche anterior había llovido y había algo de barro y humedad, aunque agradeceríamos más tarde esa lluvia. Bajadita tranquila y de frente a la montaña, dos kilómetros y otra subida brutal, la peor del recorrido, ésta a los Pocillos, por una hilera de metro y medio embarrada, empinada como el demonio. La gente andando en fila india... muy duro. Yo tiré para arriba corriendo a zancadas cortas, pasando gente y más gente. Miguel se me quedó por detrás y ya le saqué tanto tiempo que no me paré a esperar... me notaba bien. Llegar arriba fue un suplicio aunque al menos arriba nos esperaba el primer avituallamiento para parar, bajar pulsaciones y beber agua.

Luego el camino recorría un sendero estrecho con un constante sube y baja que terminaba bajando hasta llegar al poblado, desde ahí, y por entre el pueblo, cuesta pronunciada hacia abajo para llegar hasta un carril de tierra que terminaba dando al sendero que no solemos pillar con las bicis por la acumulación de arena. Y es aquí donde se agradeció la lluvia de la noche anterior porque había arena para reventar y aquello era como correr por la playa. Y no faltaban las cuestas. Luego el camino giraba (y subía) hacia la izquierda
Las vistas de la cantera eran impresionantes, llegó un momento en el que a la derecha podías ver el "skyline" de Jerez jejeje y a la derecha toda la bahía de Cádiz con el puente a medio hacer incluido. Una pasada. El camino giró a la izquierda y ahí de pronto encontramos las primeras cuevas de la sierra, tan famosas en su tiempo y ahora abogadas a las visitas ocasionales de senderistas de fin de semana. Lo que sí que no me esperaba era que la carrera llegaba incluso a pasar por una de las cuevas, era una pasada. Estaba alucinando. 

A todo esto, estaba corriendo jejeje... casi no me di cuenta de ello, porque los kilómetros volaban. Iba guardando bastante en las bajadas menos técnicas y en los llanos, las cuestas se subían a gusto y las partes técnicas (muchas y muy difíciles) las estaba disfrutando como un enano, corriendo a lo loco, pisando piedras, raíces y diferentes apoyos. Pero realmente estaba disfrutando tanto que no pensé en ritmos, ni en pegarme a nadie ni en nada... simplemente disfrutar del camino. 

Después de las cuevas llegamos al km 10. en donde estaba situado el segundo avituallamiento. Lo necesitaba porque andaba con sed. Paré, bebí, comí, y para arriba otra vez. La cuesta del km post-avituallamiento fue un autentico crimen, no había ni Dios que no parara a andar al final de la cuesta. A traición. 

Desde ahí de nuevo hacia el pueblo solo que ahora en vez de bajar la cuesta, la subimos, y se hizo tremendamente dura. Luego subimos hacia el repetidor pero por detrás de la instalación del agua que está arriba del monte. El camino iba por la ladera que da a Jerez justo bordeando el muro del edificio y por un sendero de no más de 80cm y lleno de piedras y raíces. Abajo el bosque de pinos. Peligroso pero muy divertido. Casi sin darme cuenta, a pesar del cansancio que ya se notaba, llegué hasta el tercer avituallamiento, lleno de gente en la zona del repetidor. Parada a beber y comer algo y hasta el final.

Bajamos por un estrecho sendero muy técnico. Iba a mil, disfrutando del recorrido junto a un par de hombres. Llegamos hasta una pendiente brutal que había que bajar medio rapelando con una cuerda. Ahí se perdió tiempo porque a la peña que iba por delante le daba un poco de canguelo y se formaba parón. Justo al salir de ahí, en un giro a la izquierda que nos mandaba hacia el bosque de eucaliptos empecé a notar que se me subía los gemelos... sin dejar de correr pensé: "se acabó el correr, ahora toca el acabar". Así que bajé el ritmo, no forcé en las subidas y recuperé todo lo que pude en la trailera que desciende desde el monte hasta salir en frente de los militares (la que siempre hacemos con las bicis vamos). Ahí me pegó un crujido la rodilla que todavía lo escucho, pero bueno,... recuperé bastante.

El problema es que bastante a veces no es suficiente. El ritmo por el llano del camino de vuelta al desguace era lamentable. No sé si iba a 6´30 o más, pero bueno, aun así no dejaba de pillar a gente peor incluso que yo, muchos con calambres. La verdad del 17 en adelante se hizo durísimo, y sin embargo tampoco quería que acabara... tenía ganas de más. Y lo hubo: la subida y posterior bajada hasta el desguace, deshaciendo el camino ya recorrido hacía más de una hora y media. Me enganché a un grupillo que íbamos tras una mujer (ganadora de las veteranas) que llevaba un ritmo asequible y constante. Luego nos pegó un repaso cuesta abajo, pero bueno nos hizo la subida. 

Al final de la cuesta me descolgué un poco pero luego en la bajada viendo que estaba a menos de un kilómetro y que iba muy muy bien de pulsaciones (aunque mal de piernas) apreté los dientes y el ritmo y entré en meta a buen ritmo y muy emocionado. Ha sido un año muy duro, probablemente el peor de mi vida, son muchos sentimientos encontrados, muchos recuerdos y en momentos como este, tras un esfuerzo tan grande, todo aflora. Al final lo dí todo, terminé con un tiempo de 1:55:31, cumpliendo mi objetivo de bajar de las 2 horas y sobre todo habiendo disfrutado como nunca. Puesto 61º de la categoría (mucho nivel) y medallita de finisher. Miguel llegó con un tiempo de 2h 03´. Fue una mañana que no olvidaré.

En definitiva: carrera espectacular, recorrido bestial (de bonito, de técnico, de duro), organización perfecta, obsequios bonitos y en cantidad, marcado del recorrido genial y sobre todo voluntariado: aplauso ENOOOORME... espectacular, siempre ayudando y apoyando, no como meros espectadores, gente que te ayuda, que hace que la carrera se te haga fácil. Me encantó, disfruté como nunca corriendo por la sierra y repito, la organización: perfecta. El año que viene es una referencia en el calendario, sí o sí. 

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